Un nuevo
año, que aunque termine en 13 – número que no me gusta ¡para nada!- hay que
afrontar con toda la esperanza del mundo y una gran ilusión.
Para
empezarlo con energía positiva
nos fuimos a pasar la Nochevieja con “nuestra familia” – no carnal
pero sí del alma- a Nigrán…un lugar y una casa donde el cariño se te cuela hasta los
huesos sin pedirte permiso, y a cada momento pide paso la emoción.
Allí están Gilucha, Pedro y “todo un familión” que
disfruta a full no solo de la protección de Gilu
– que como una “mamá gallina” ahueca el ala para cobijarte- sino también de su
cocina, que fue, es y será ¡una auténtica maravilla!
Y como es un
cielo de persona, me regaló esta receta de Empanada gallega “hasta la médula” para
el blog, que en honor a… he bautizado
con su nombre.
Prometo que
se hace en un abrir y cerrar de ojos, es económica hasta decir basta, vuela en
cuanto la pones en la mesa y conforma a chicos y grandes por igual.
No más
palabras…¡a la cocina ya!!!, que estará lista en menos de lo que imagináis.
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Ingredientes
Masa
2 tazas y media de harina
2 huevos (batidos)
1 sobre de levadura en polvo
1 Cuchara (de las de café) de sal
1 “pellizco” de azúcar
1 cucharada “ gorda” de aceite de girasol
Agua tibia (la que absorba)
Relleno
Cebollas. 2
Pimiento rojo. 1 lata
Tomates maduros. 2 cortados en
láminas finas
Atún. 4 latas
.Huevos duros. 2
Aceite, sal y pimienta a gusto
Preparación
Hay que volcar en un bol las 2
tazas y media de harina. Con un dedo hacer un hueco en el centro y agregar el
Royal, la sal, los dos huevos batidos, el aceite y ¡ojo!, de a poquito el agua
tibia, removiendo con la mano derecha hasta lograr una masa elástica que se
despegue (si es necesario, agregar más harina o un “pelín” de agua).
Hacer dos bollitos del mismo tamaño
y colocarlos sobre una mesa de madera, espolvorear con más harina (¡no mucha,
sólo para que leve!), y cubrirlos con un paño unos diez minutos.
Encender el horno a 200 grados (en la parte de abajo) para
que se vaya templando. Mientras tanto, sofreir la cebolla en una sartén con un
poco de aceite, darle un toque de sal y
remover hasta que caramelice (esté transparente).
Retirar del fuego. Agregar los 2
tomates maduros, las 4 latas de atún y los huevos duros (2).
Ahora, a enmantecar y enharinar una
bandeja de horno.
Esparcir harina sobre la mesa donde
se va a trabajar, coger uno de los bollos y estirarlo del tamaño de la bandeja
-si os parece grande, no pasa nada, siempre se puede cortar o ajustar- y colocar el relleno esparciendo bien para que
cubra por igual toda la superficie.
Tapar con la masa restante cuidando
presionar en el reborde y cortar lo que sobre. “Repulgarla” como si
estuvieses haciendo empanadillas (si te resulta complicado, une las dos masas con
los dientes de un tenedor).
Pintar con un pincel mojado en
aceite toda la superficie(si prefieres con una yema batida) hacer
un agujerito en el centro para que
escape el vapor que se produce durante la cocción y decorar con las “tirillas”
de masa que sobraron haciendo bastoncillos (esa es una opción).
Ahora sí, sube la temperatura del
horno a 220 grados, coloca la preparación en la bandeja del medio, y no la abras ¡por más que te mueras de curiosidad hasta pasados 25
minutos! (si lo haces, inmeditamente se hunde y estropea)
¿Qué ya pasaron?. Comprueba si está
lista pinchándola con un mondadientes (o palillo) y si sale seco la “obra está
casi terminada”.
“Casi” porque si te gusta más
doradita hay que darle tres minutos de
calor “por arriba” antes de abrir la puerta, y esperar a que esté tibia (los cambios bruscos de temperatura
perjudican el resultado final)
Una vez fría, la cortas en
cuadrados que vas encimando sobre un plato o bandeja coqueta, la llevas a la
mesa, te das la vuelta ¡y hombre! ¿has visto cómo desapareció?...
Hasta la próxima
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