sábado, 9 de noviembre de 2013

BUDÍN DE PAN "SOLE"




Si algo me da una rabia tremenda es tirar comida. Ya ni os hablo del pan que muchas veces sobra y te hace ir con la barra reseca de aquí para allá sin saber que hacer con ella.

Mi abuela, si había que echarlo al cubo de la basura, antes  le daba un beso – repitiendo con gesto compungido: “¡a cuánta gente le hará falta!”- pero eso después de remover  Roma con Santiago con tal de aprovecharlo.

Y uno de sus trucos era preparar un budín de pan -¡absolutamente maravilloso-¡- que todos devorábamos después de la comida.

Como tengo abuelitis aguda, para compartirlo con vosotras/os, lo he bautizado con su segundo nombre (Soledad) para que después de prepararlo la recordéis con un poquitín del cariño con que yo lo hago. Con un pelín me conformo…
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Ingredientes
.1 Barra de pan de dos o tres días
.5 Huevos
.5 Cucharadas gordas de azúcar
.3 Tazas y media de leche (entera)
.Ralladura de cáscara de 1 naranja
.Pasas sin semilla (1 taza) (optativo)
.Azúcar para acaramelar (4 cucharadas)
.Brandy, whisky o ron (cantidad necesaria)
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Preparación
¿Si os digo que es super-sencilla, me vais a creer? ¡Pues sí que lo es!.
Para empezar le quitamos la corteza a la barra de pan (grandecita), cortamos en rodajas la miga y la sumergimos en un bol con 1 copa de cognac, brandy, whisky o ron (lo que os guste)

Mientras tanto acaramelamos un molde alargado de aluminio. ¿Cómo lo hacemos? Echando cuatro o cinco cucharadas de azúcar, poniéndolo a fuego fuerte esperando a que se ablande y removiéndolo hacia un costado y hacia el otro con la ayuda de dos paños “para que no se nos escape ningún recoveco”. Dejamos enfriar y precalentamos el horno a 200 grados (calor abajo)

En un recipiente echamos los cinco huevos, las cinco cucharadas de azúcar, las 3 tazas y media de leche (3/4 litros), la ralladura de cáscara de naranja, las rodajas de pan bien exprimidas con los dedos  y con batidora de varillas batimos, batimos y batimos unos 10 minutos hasta que haga espuma y quede todo bien licuado.

Volcamos sobre el molde y por encima agregamos las pasas sin semilla (optativas) comprobando que “desaparecen” de la superficie sin dejar rastro.

Este molde lo colocamos sobre  una fuente honda con bastante agua caliente y lo llevamos al horno (esto se llama “poner al Baño María”) en la bandeja central solo con calor abajo y subiendo la temperatura a 220 grados.

¡¡¡Ni se os ocurra abrirlo antes que pasen unos 25 minutos porque se hundiría la preparación!!!!

¿Cuánto tiempo tendrá que estar calentito y a buen resguardo? Unos 40 minutos (o más). Para comprobar si ya está listo, basta con introducir un palillo largo (de los usados para brochetas) bien hasta el fondo y si sale seco ¡voilá!

¿Qué hago  entonces?

Entorno la puerta del horno y deje que el budín asome “apenitas” la nariz, dejo entibiar y cuando cojo con las manos el recipiente y no pego un grito de dolor, dejo que  tome cuerpo  fuera de las corrientes de aire.

Separo los bordes con un cuchillo y lo desmoldo sobre una fuente honda para que contenga el caramelo, entibiando el recipiente para que “caiga” sobre el postre en su totalidad.

De ahí en más ¡a la nevera a que termine de enfriar y pueda llevarlo a la mesa solo, o acompañado con un buen copete de nata, dulce de leche o lo que elijáis!...





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