¡Mea culpa! Hace bastante tiempo que no nos veíamos, pero a estas alturas sería bastante largo y
engorroso explicar la ausencia -en gran medida involuntaria- que nos ha
separado estos meses.
¿Perdonada?. ¡Eso espero!. Y para redimirme os voy a enseñar a hacer un Quiché de Calabacines tan sencillo que hasta un repetidor
en la asignatura de cocina lo puede preparar.
¡A mover los piececillos,
coger bolígrafo, folio y apuntar que ya mismo os comento que necesitáis!...
Ingredientes para la
masa
.Harina 4 tazas
.Huevos 2
.Levadura Royal, 1
sobre
.Sal 1 cucharilla
.Azúcar 1 pizca
.Leche tibia para unir
Relleno
.Cebollas 3 (cortadas
en tiritas)
.Calabacines 2
(grandes)
.Huevos batidos 2
.Nata para cocinar 1
bote pequeño
.Queso rallado
.Sal y pimienta
…………………………………………………………………………………………………
Preparación
(Si no tenéis tiempo – o ganas- de preparar la masa, la podéis suplantar
por un disco de masa de hojaldre de las que se venden en el supermercado.
Aclaro que no resulta tan deliciosa como la made
in casa pero saca de un apuro cuando la
pereza “nos puede”)
Coloco las cuatro tazas
de harina en un bol de cristal – o una ensaladera- y agrego el sobre de levadura,
la sal, el azúcar, los 2 huevos batidos y la leche tibia, uniendo todo sin
amasar hasta lograr un bollo elástico que se desprenda de las paredes.
Espolvoreo con harina y
dejo levar unos treinta minutos en un sitio donde no haya corrientes de aire,
tapado con un paño o servilleta. Precaliento el horno – gas abajo- a 180
grados.
Estiro con un palote sobre
una mesa enharinada. Forro una tartera (previamente enmantecada y “regada” con
una lluvia de harina).
¡Falta poco! Solo queda
fritar las cebollas y los calabacines (cortados en rodajas muy finas con
cáscara), sazonar, dejar entibiar y agregar 2 huevos con la nata líquida- todo
bien mezclado con el fuego apagado- para luego verterlos sobre la masa.
¡¡¡Ayyyy que me
olvidaba!!!! Imperdonable no hacerle un repulgue (como os enseñé con las
empanadas) para tener bien contenido el
relleno.
Antes de llevar al
horno, subir la temperatura a 220 grados, espolvorear generosamente con queso rallado dejando que cuaje la preparación y
se gratine el queso.
¿Le has echado una
ojeada y ya está lista?
Apaga todo, quítala de su cuchita y deja enfriar en un sitio
donde no haya corrientes de aire (para que no “se desinfle”)
Te doy un consejo. Si
quieres recibir aplausos, elogios y confetis, sirviéndola fría y cortada en
raciones, están asegurados desde ya.
¡Bon apetite!!!...
¡Hasta la próxima!
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