Pan casero para bocadillos “de lujo” en tiempos de
crisis
Aunque el bolsillo patalee y siempre esté chistándonos o
llamándonos la atención, hay gustos que no podemos ni debemos dejar de lado
como por ejemplo, recibir amigos en casa.
Es cierto que cada vez se escucha más la frase “¿qué llevamos” y que
con un poco que aporte cada uno podemos
organizar una cena magistral. ¿Pero si en lugar del típico pollo, carne,
pescado y ensaladas y del picoteo previo
la hacemos en base a pan casero armando
bocadillos “de lujo” para tiempos de crisis?
¡Vamos, animáos que es super fácil,
queda buenísimo y nadie se creerá que lo hicimos con nuestras propias manos,
después de comerse hasta la última miguita!
Hay miles de maneras de hacerlo, yo
les voy a explicar la que me dio mi querido amigo Adolfo que siempre pongo en
práctica y -¡cruzo los dedos!- jamás me ha fallado ya que es sencilla, nada
engorrosa y especial.
¡A la cocina! Que os voy a contar
lo que necesitáis y la forma de elaborar estos panes que “darán que hablar”…
Ingredientes
.Harina (cuatro tazas de las que
usamos en el desayuno)
.50 grs de levadura prensada
.3 cucharitas de sal (de las de
café)
.1 cucharita de azúcar (de las de
café)
.Agua caliente y tibia (la que
absorba)
. 4 cucharadas (de las de sopa) de
aceite
.3 dientes de ajo picados
(optativos si quieres hacer pan de ajo)
.Semillas de sésamo, girasol u
otras (optativas para decorar)
Esto es como todo: hay que dejar el
miedo de lado y pensar desde el principio que aunque parezca tremendo y en
mitad del trabajo repitamos “¡pero quien me mandó!” ¡sale un pan estupendo,
crujiente y sin nada que envidiarle al recién comprado! (¿está mal que diga que
es mejor?)
Damos el pistoletazo de salida con
la masa madre poniendo en un
cazo (bol) la levadura prensada que disolvemos primero en un poco de agua fría (cuando digo un poco me refiero a
una cuchara gorda). Inmediatamente le agregamos más agua ¡ hirviendo!, muy, pero muy despacio, probando con un dedo que esté caliente pero
que no queme (el exceso de calor mata el efecto de la levadura).
Ahora echamos una taza de
harina, 3 cucharaditas de sal, 1 de
azúcar revolviendo bien con un tenedor de madera, comprobando que se forme una
pasta espesa sin grumos y CON OJITOS en la superficie que indican que la
levadura ha comenzado a actuar
Envolvemos para que no tenga frío el cazo con un paño de
cocina y lo tapamo,s colocándolo lejos de las corrientes de aire, hasta que
suba, suba y suba duplicando el volúmen
¡La hora de la verdad ha llegado!.
Comenzamos a agregar el resto de la harina (las tres tazas restantes), si
quieres pan con sabor a ajo los dientes picados, después el aceite
uniendo con la mano hasta que consigamos una masa lista y elástica que se
despegue de las paredes.
Atención: sin ningún problema
puedes agregar agua tibia o más harina para conseguir el punto que necesitas.
Recuerda que tiene que resultar elástica
y flexible
¿Ya la tienes?. Enciende el
horno (en la parte de abajo) a 150 grados. Enharina una superficie – mucho mejor si es
de madera- y empieza a estirar, doblar y amasar, no una sino muuuuchassss veces
(unas treinta) hasta que quede bien lisa y la puedas dividir en bollos,
espolvoreándola con harina por encima y volviéndola a tapar con un paño de
cocina hasta que vuelva a crecer doblando el volúmen
Después de media hora (o cuarenta
minutos, todo varía según la temperatura
del lugar que estés cocinando), coge cada uno de los bollos y ¡dale alas a tu
imaginación!, estirando y formando baguettes, panecillos pequeños o medianos, o
lo que se te ocurra para llevar a la mesa
¡Falta un paso antes de comerlos!.
Fundamental: colocarlos algo
separados porque aumentan en una fuente pincelada con aceite, ponerlos
al horno en la bandeja del centro a
220 grados SOLO CON CALOR POR DEBAJO y esperar unos veinticinco minutos antes de
abrir y comprobar si ya están hechos (si espías por una rendija antes,
aunque sea el mínimo ¡adios a los panes! se desinflarán
y quedarán espantosos)
Pasado ese tiempo, pincha con un
cuchillo uno de ellos hasta el fondo, si sale seco ¡fenomenal!, es hora de
dorarlos un poco (dándole calor arriba durante cinco minutos y aprovechando
para espolvorear con semillas de sésamo o girasol si te gustan) para que
resulten apetitosos con solo mirarlos
Todo depende de ti a la hora de
prepararlos.
.Jamón, queso, tomate, lechuga y
pepinillos
.Queso para untar mezclado con
cebolla picada muy fina y aceitunas rellenas
.Jamón York (cocido) con huevo
duro, mayonesa y ketchup
.Atún en aceite, mezclado con
cebolla, mayonesa y un toque de mostaza
.Salmón y queso para untar (rociado
con aceite y pimentón)
.Paté y guindillas
Jamón serrano (crudo), con queso
crema (unidos por rebanadas de pan)
.O salsas dip para untar (de queso
azul desmenuzado, mezclado con mayonesa y limón ó variantes (pìckles) con trocitos de jamón serrano y mayonesa…y
tantísimas otras opciones que puedes improvisar)
Ensaya, experimenta y prueba todo lo
que se te antoje. Seas quien seas, te dediques a lo que te dediques, hagas lo
que hagas, recuerda que cuando estás en
la cocina- como en tu vida- eres dueño y señor. Esa es la regla número uno. La
prioritaria y fundamental. La que suceda lo que suceda, jamás deberías
olvidar.
Rico,rico,riquisimos
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