jueves, 11 de octubre de 2012

PAN CASERO CON SABOR A CAMPO




Pan casero para bocadillos “de lujo” en tiempos de crisis

Aunque el bolsillo patalee y siempre esté chistándonos o llamándonos la atención, hay gustos que no podemos ni debemos dejar de lado como por ejemplo, recibir amigos en casa.

Es cierto que cada vez  se escucha más la frase “¿qué llevamos” y que con un poco que aporte cada uno podemos organizar una cena magistral. ¿Pero si en lugar del típico pollo, carne, pescado y ensaladas y del picoteo previo la hacemos en base a pan casero  armando  bocadillos “de lujo” para tiempos de crisis?

¡Vamos, animáos que es super fácil, queda buenísimo y nadie se creerá que lo hicimos con nuestras propias manos, después de comerse hasta la última miguita!

Hay miles de maneras de hacerlo, yo les voy a explicar la que me dio mi querido amigo Adolfo que siempre pongo en práctica y -¡cruzo los dedos!- jamás me ha fallado ya que es sencilla, nada engorrosa y especial.

¡A la cocina! Que os voy a contar lo que necesitáis y la forma de elaborar estos panes que “darán que hablar”…

Ingredientes

.Harina (cuatro tazas de las que usamos en el desayuno)
.50 grs de levadura prensada
.3 cucharitas de sal (de las de café)
.1 cucharita de azúcar (de las de café)
.Agua caliente y tibia (la que absorba)
. 4 cucharadas (de las de sopa) de aceite
.3 dientes de ajo picados (optativos si quieres hacer pan de ajo)
.Semillas de sésamo, girasol u otras (optativas para decorar)

Esto es como todo: hay que dejar el miedo de lado y pensar desde el principio que aunque parezca tremendo y en mitad del trabajo repitamos “¡pero quien me mandó!” ¡sale un pan estupendo, crujiente y sin nada que envidiarle al recién comprado! (¿está mal que diga que es mejor?)

Damos el pistoletazo de salida  con la masa madre poniendo en un cazo (bol) la levadura prensada que disolvemos primero en un poco de agua fría (cuando digo un poco me refiero a una cuchara gorda). Inmediatamente le agregamos más agua  ¡ hirviendo!, muy, pero muy despacio, probando con un dedo que esté caliente pero que no queme (el exceso de calor mata el efecto de la levadura).

Ahora echamos una taza de harina,  3 cucharaditas de sal, 1 de azúcar revolviendo bien con un tenedor de madera, comprobando que se forme una pasta espesa sin grumos y CON OJITOS en la superficie que indican que la levadura ha comenzado a actuar

Envolvemos para que no tenga frío el cazo con un paño de cocina y lo tapamo,s colocándolo lejos de las corrientes de aire, hasta que suba, suba y suba duplicando el volúmen

¡La hora de la verdad ha llegado!. Comenzamos a agregar el resto de la harina (las tres tazas restantes), si quieres pan con sabor a ajo los dientes picados, después el aceite uniendo con la mano hasta que consigamos una masa lista y elástica que se despegue de las paredes.
Atención: sin ningún problema puedes agregar agua tibia o más harina para conseguir el punto que necesitas. Recuerda que tiene que resultar elástica y flexible

¿Ya la tienes?. Enciende el horno (en la parte de abajo) a 150 grados.  Enharina una superficie – mucho mejor si es de madera- y empieza a estirar, doblar y amasar, no una sino muuuuchassss veces (unas treinta) hasta que quede bien lisa y la puedas dividir en bollos, espolvoreándola con harina por encima y volviéndola a tapar con un paño de cocina hasta que vuelva a crecer doblando el volúmen

Después de media hora (o cuarenta minutos, todo varía  según la temperatura del lugar que estés cocinando), coge cada uno de los bollos y ¡dale alas a tu imaginación!, estirando y formando baguettes, panecillos pequeños o medianos, o lo que se te ocurra para llevar a la mesa

¡Falta un paso antes de comerlos!. Fundamental: colocarlos algo separados porque aumentan en una fuente pincelada con aceite, ponerlos al horno en la bandeja del centro a 220 grados SOLO CON CALOR POR DEBAJO y esperar unos veinticinco minutos antes de abrir y comprobar si ya están hechos (si espías por una rendija  antes, aunque sea el mínimo ¡adios a los panes! se desinflarán y quedarán espantosos)
Pasado ese tiempo, pincha con un cuchillo uno de ellos hasta el fondo, si sale seco ¡fenomenal!, es hora de dorarlos un poco (dándole calor arriba durante cinco minutos y aprovechando para espolvorear con semillas de sésamo o girasol si te gustan) para que resulten apetitosos con solo mirarlos

Todo depende de ti a la hora de prepararlos.  

.Jamón, queso, tomate, lechuga y pepinillos
.Queso para untar mezclado con cebolla picada muy fina y aceitunas rellenas
.Jamón York (cocido) con huevo duro, mayonesa y ketchup
.Atún en aceite, mezclado con cebolla, mayonesa y un toque de mostaza
.Salmón y queso para untar (rociado con aceite y pimentón)
.Paté y guindillas
Jamón serrano (crudo), con queso crema (unidos por rebanadas de pan)
.O salsas dip para untar (de queso azul desmenuzado, mezclado con mayonesa y limón ó variantes (pìckles) con trocitos de jamón serrano y mayonesa…y tantísimas otras opciones que puedes improvisar)

Ensaya, experimenta y prueba todo lo que se te antoje. Seas quien seas, te dediques a lo que te dediques, hagas lo que hagas,  recuerda que cuando estás en la cocina- como en tu vida- eres dueño y señor. Esa es la regla número uno. La prioritaria y fundamental. La que suceda lo que suceda, jamás deberías olvidar. 


















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